Resumen
En las antiguas monarquías, servir al rey casi siempre significa también aprovechar las oportunidades que se presentan para servirse a uno mismo. Esta confusión entre los intereses domésticos de las familias de la aristocracia de servicio y los de la Corona desemboca en prácticas que, en la mayoría de los casos, son tan discretamente condenadas como comúnmente toleradas. Son raras las excepciones en las que intervienen denuncias públicas y se da libertad a los acusadores para hablar. Esto sucedió en algunas coyunturas concretas –el comienzo del gobierno de Olivares, el cambio de dinastía a finales de los siglos XVII y XVIII– o en algunas ocasiones especiales en las que, por una razón u otra, un oficial del rey era capaz de silenciar a sus oponentes.
Tal es la desventura vivida por el conde de Baños, virrey en la Nueva España entre 1660 y 1664. Explicar este fracaso personal y explotar el caudal de informaciones inesperadas que revela son los dos objetivos de este libro. Se analiza la importancia de la autoridad del gobernante y la sutil alquimia que permite imponerla o perderla, así como el papel de su propia familia y de su linaje. También se describen los mecanismos de corrupción que, en este caso, quedan expuestos a plena luz del día. Finalmente, se estudian los mecanismos de control social en un virreinato americano en un periodo en el que el vicesoberano se ve incapaz de mantenerlos.
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